Mens sana in corpore iuvenis
La memoria de su cuerpo
aún contornea sus caderas
desplaza sus piernas
en sutil y sensual andar
sus brazos
con pendulares movimientos
vaivonean sus manos
y sus dedos suben y bajan
señalan
se abren y se cierran
se extienden confraternos
su cuello grácil
se eleva o se pliega
según su actitud momentánea
aparece su boca
generosa encendida entregada
y entonces
sus ojos
lumínicos y rutilantes
refulgentes
ofrendan
azabaches piedras
a quien
la quiera ver
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